boletín de Prensa
La democracia digital no debe estar subordinada a poder fáctico alguno
Espacios de libertad en las redes sociales y en la comunicación digital
En vez de democracia participativa, la tenemos de pobreza y hambre
Aunque en el mundo contemporáneo no se puede concebir el desarrollo de la democracia al margen de la revolución digital, la aplicación en México de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC´s), requerirá de transparencia y rendición de cuentas no solo para evitar corrupción y fraudes, sino también para superar la extendida desconfianza ciudadana, afirmó hoy Dante Delgado, coordinador nacional de Movimiento Ciudadano, al participar en el Congreso Internacional “Tecnología y Elecciones, organizado por el Instituto Federal Electoral.
Después de señalar que el país asiste hoy a una nueva era en la relación entre el ciudadano y la democracia, el dirigente afirmó que los ciudadanos que ayer eran acallados por el monopolio estatal y privado de los medios de comunicación, hoy tienen en las redes sociales y en los medios de comunicación digital, espacios de libertad y expresión.
Y aunque dio por hecho que el uso de urnas electrónicas, Internet y telefonía móvil, se irán incorporando paulatinamente a los procesos electorales federales y locales, Dante Delgado manifestó que para ello se deben debatir los alcances de la democracia digital en todas sus dimensiones: jurídica, política, técnica y cultural, a fin de que esta moderna herramienta tecnológica sirva a la sociedad y no esté subordinada a poder fáctico alguno.
Precisó que Movimiento Ciudadano, como partido progresista que es, está a favor del uso de las herramientas modernas en todos los órdenes de la vida nacional, e impulsamos los avances tecnológicos que permitan el desarrollo y la modernización de la democracia participativa.
Pero, advirtió, también estamos a favor de que se tengan mecanismos de control y verificación que inhiban la perversión de las herramientas tecnológicas. Mencionó al respecto que se han usado los padrones de los programas sociales, federales y estatales, que cruzados con la cartografía electoral y los datos del INEGI, facilitan condicionar el voto de sus beneficiarios. “El resultado vergonzoso es que lejos de tener en el país una democracia genuinamente participativa, tengamos la democracia de la pobreza…la democracia del hambre”, enfatizó.