EDITORIAL


Editorial.

Los incendios de estos últimos días  han dejado un panorama desolador. Los fuegos de estos tiempos han sido catastróficos, no han dado tregua. Muchos han superado las 500 hectáreas de superficie quemada. Estos son los incendios más alarmantes de los últimos tiempos en nuestra zona.

Las cifras de daños y afectaciones son dramáticas. Esta primavera se ha convertido en una triste primavera para muchos agricultores, ganaderos, y población en general, debido a los daños ocasionado por dichos incendios y los calores extremos que se han registrado.

La mala gestión por parte de las administraciones ha tenido consecuencias trágicas para la biodiversidad, la fauna, los bosques y las personas afectadas, que han visto impotentes cómo el fuego arrasaba sus montes, sus cultivos, sus casas y la economía de la zona. El caso de la zona de Ixhuacan de los Reyes y límites con el estado vecino de Puebla ha sido el más flagrante. Pero lejos poner atención en dicho tema el gobierno del estado de Veracruz puso oídos sordos y vista ciega a las suplica de los pobladores y prácticamente los ignoro y los dejo a la deriva, por lo que dicha población tuvo que tomar cartas en el asusto y tuvo que presionar con bloqueos carreteros para que de esta manera fueran tomados en cuenta.

A muchos no les gusto dicha actitud, pero la mayoría de ciudadanos anqué estresados, cansados y agobiados por el calor y el tener que caminar largos kilómetros, aplaudían dicha acción por parte de los manifestantes.

En esta manifestación se pudo notar la solidaridad de muchas personas que a su manera ponían un granito de arena a dicha lucha ya que se notó la presencia de personas de buen corazón que donaban vasos de agua a las personas que tenían que caminar bajo los quemantes rayos del sol.

Pero algo que se debe aplaudir es que nuevamente quedo demostrado que los mexicanos y más los de la región de Coatepec poseen un gran corazón humanitario, ya que desde los primeros momentos de todos y cada uno de los incendios se olvidaron de los colores partidistas y se enfocaron en ayudar arriesgando hasta su integridad física e incluso su propia vida.

Jóvenes, adultos e incluso mujeres se sumaron a las tareas de sofocamiento de los incendios que amenazaban con extenderse más poniendo en riesgo de algunos pobladores que tiene sus viviendas en las cercanías de dichos siniestros.

Otro tema que hay que aplaudir es la de las personas que han instalado puestos de acopio de víveres y herramientas, para los brigadistas y pobladores. Pero doble aplauso para los que se suman a la causa y brindan un poco de lo que “Dios padre” les brinda.

Sería bueno que ahora que termine estos incendios los tres niveles de gobierno se pongan las pilas y realicen campañas de reforestación en los lugares afectados para que los niños de hoy tengan un mejor futuro