Redacción
Xico. Para los Xiqueños la Semana Santa es una época de reflexión, de respeto y en su mayoría, los pobladores participan en cada una de las actividades que se llevan a cabo.
Todo empieza con el Domingo de Ramos, aunque los habitantes se preparan desde el día sábado, desde temprano acuden al mercado Municipal para comprar las palmas adornadas.
Durante el Jueves y Viernes Santo, los pobladores guardan luto en el pueblo. En las capillas se dejan ver adornadas con ramas de liquidámbar, olivo criollo, ceras, germinados de cebada. Por la noche estas son visitadas por la gente que entona cantos de pasión, y son invitados a las casas de quienes les ha tocado custodiar ese día la capilla a tomar alguna bebida preparada, se destaca el tradicional atole de champurrado y chocolate.
En el viernes de Dolores los habitantes recuerdan esta fecha como una de las más importantes en la Semana Santa, lo llaman el viernes de Dolores dedicado a los 7 dolores de María, la madre de Jesús. Este día colocan altares en las casas cubiertos con lienzos blancos y morados, sandias con banderitas, germinados de cebada y olivo, y ofrendas de flores y frutos en el centro del callejón de Dolores.
Pero sin duda alguna el día más representativo es el Viernes de Vía Crucis, ya que se colocan altares en las principales calles del pueblo, colocando 15 estaciones adornadas con lienzos blancos.
La ciudadanía se reúne en la parroquia para dar inicio a este acto con la imagen de Jesús Nazareno para dirigirse momentos después a cada una de las estaciones donde la imagen pasará sobre un tapete elaborado
en flores naturales, dedicado como una ofrenda. Durante el recorrido se reúnen otras imágenes como María, Juan y la Magdalena, para finalizar el recorrido en la parroquia principal.
Por la noche, se reúnen los varones en la rectoría de la Santa Cruz (Capilla del Llanito), para llevar a cabo la procesión del silencio.
