Arquidiócesis de Xalapa.
Xalapa, Ver., a 4 de mayo de 2025.-El
evangelista San Juan describe una escena (Jn 21, 1-19) donde Jesucristo resucitado
pide a Pedro confiar en su palabra y realizar una acción concreta para que éste
obtenga, junto con los demás apóstoles, una pesca abundante.
Ésta representa la acción evangelizadora
que Jesucristo encomendó y sigue confiando a Pedro y a toda la iglesia. Conseguir
que todas las estructuras económicas, políticas sociales y culturales estén
inspiradas por la vida nueva de Cristo, para la gloria de Dios, el bien de los
demás y el cuidado del universo, es la tarea evangelizadora de la Iglesia de
todos los tiempos. Esta acción transformadora no solo es un don de Dios, sino
también una tarea de cada ciudadano para conseguir condiciones de justicia, de
paz y de desarrollo integral.
La violencia imperante en muchas
partes de México, la corrupción de muchas estructuras que deben servir al bien
común, la pobreza de más de 30 millones de mexicanos, la falta de medicamentos
y equipos médicos en muchos hospitales son un indicativo de los límites y
pobreza del corazón de cada ciudadano que no realiza, ni cumple la misión de
servir a los demás y a México.
La nación mexicana solo podrá
salir adelante de tantas problemáticas solo y únicamente si cada ciudadano toma
conciencia de que la acción transformadora es un regalo divino y una tarea
humana por la paz y la justicia.
Querer solucionar las
problemáticas que aquejan a México sin la participación de cada mexicano y sin
la promoción de la dignidad de cada ciudadano solo conducirá a falsas y
engañosas promesas de desarrollo integral.
Autoridades de todos los niveles
y la sociedad en general deben caminar juntos para conseguir la paz y la
justicia a lo largo y ancho de nuestra sociedad mexicana. Caminar solos y
divididos es un signo negativo que no permitirá que México y Veracruz salgan
adelante de todas las problemáticas que lastiman a cada ciudadano de esta gran
nación mexicana. La justicia y la paz son un don divino pero también una tarea
imperante y desgastante de todos los ciudadanos mexicanos.