Tlacotalpan, Ver., 02 de febrero de 2016.- A la medianoche de este lunes, cientos de tlacotalpeños y visitantes entonaronLas Mañanitas a la Virgen de La Candelaria, en la celebración de su día.
A esa hora, el primer cuadro del Centro Histórico de esta Ciudad Patrimonio estaba lleno de vida: comercios abiertos y grupos de personas, familias y amigos, que paseaban por los alrededores del Santuario.
Adentro, un mariachi, acompañado de un coro de cientos de gargantas que cantaban este tradicional saludo en honor de la Patrona de la Perla del Papaloapan.
Ojos cerrados, canto desde lo más hondo del pecho, veladoras encendidas y el eco anaranjado, eran los ingredientes de un momento de sumo respeto, devoción y entrega.
La celebración de La Candelaria se remonta a 240 años, cuando la imagen fue traída por los primeros frailes españoles a la localidad.
Un importante asentamiento español fue el antecedente de la creación de Tlacotalpan como ciudad, y los habitantes propusieron a San Cristóbal y La Candelaria como santos patronos. Ambos tienen una importante significación relativa al viaje y a la navegación marina.
En 1776, la familia de Pascual Osvaldo Rivadeneira donó la imagen de la Virgen, que fue trasladada desde Barcelona y diseñada por imaginaros catalanes.
Dentro del templo, el rosa anaranjado de la decoración y la luz cálida del momento contrastaban con la noche azul de los portales; el canto unísono de los fieles era también la antítesis del bullicio de sones jarochos, música de banda, décimas y el zumbido de voces que, junto a un grupo norteño, le cantaban al desamor.
Al interior el mundo era otro, rosa-naranja con vetas azules; hombres y mujeres de respeto, como hace 240 años, se postraban ante la Patrona, la dueña de la vida, de la paz, del amor y de la abundancia.